Carrera de San Jerónimo, 20
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EN CARTEL HASTA EL 11 DE JUNIO
De miércoles a viernes a las 20:00h
Sábado y domingo a las 19:00h
Juan Carlos Tirado
Rocío Montero
Fernando Ramos
Miguel Ángel Latorre
Javier Herrera
Manuel Menarguez
Raquel Bejarano
Beatriz Solís
Cayo César, el más cuerdo de los locos es un drama en un solo acto del escritor Agustín Muñoz Sanz coproducido por Atakama Creatividad Cultural para la 66 edición del Festival de Teatro Clásico de
Mérida, con la dirección de Jesús Manchón.
La obra se adentra en la etapa pública más conocida del tercer emperador romano y heredero de Tiberio. Cayo César es más conocido como Calígula, un apelativo infantil puesto por las tropas
legionarias al mando de su padre Germánico. Muñoz Sanz presenta a un personaje peculiar: irreflexivo, caprichoso, histriónico, extravagante, cruel, vengativo, amoral e inmoral. Un loco para muchos.
Cayo Julio César Augusto Germánico (12-41 d. C.) gobernó durante casi cinco años (marzo de 37 a enero de 41 d. C.) sin dejar, para los historiadores, acciones políticas, militares o culturales de
calado. Pero tuvo tiempo suficiente de aterrorizar a las élites de Roma (patricios y senadores) y al pueblo con sus graves decisiones, sin freno que las contuvieran.
El modelo de gobernante que el autor propone le sirve para reflexionar, y trasladar al espectador su inquietud, sobre la maldad y las consecuencias del poder ejercido sin escrúpulos ni límites éticos
o legales. Un viejo asunto de la época imperial, previo y posterior, que sigue vigente en el siglo XXl.
EN CARTEL DEL 15 DE JUNIO AL 30 DE JULIO
De miércoles a domingo a las 20:00h
Juan Carlos Tirado
Rocío Montero
Fernando Ramos
Miguel Ángel Latorre
Javier Herrera
Manuel Menarguez
Raquel Bejarano
Beatriz Solís
Cayo es un bailarín que ofende a Nerón en una de sus famosas bacanales, por lo que el emperador le condena a muerte. Por suerte logra escapar y planea ocultarse en una escuela de baile al tiempo
que persigue su sueño de ser un gran saltator. Pero se confunde de casa y acaba en la escuela de gladiadores del senador Pisón.
El equívoco llevará a Cayo, sin pretenderlo y casi sin saberlo, a formar parte de una conspiración contra Nerón, a ocasionar el declive de los juegos de gladiadores, y a revolucionar el teatro, la
música y la danza. Y a provocar muchas, muchas risas.